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Respetar el carácter civil de las escuelas y universidades

El uso militar pone en riesgo la vida, la seguridad y la educación de los estudiantes
GCPEA Press Release , May 12, 2015

Enlace para ver video: https://www.youtube.com/watch?v=tE8_ie8IvuM

(Ginebra, 12 de mayo de 2015) — Los Estados deberían actuar para disuadir el uso militar de escuelas y universidades, señaló la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques (Global Coalition to Protect Education from Attack, GCPEA) en un estudio difundido hoy. El uso con fines militares de escuelas y universidades por fuerzas armadas y grupos armados no estatales durante conflictos pone en riesgo a los alumnos y su posibilidad de educación.

La GCPEA instó a los gobiernos a sumarse a la “Declaración sobre Escuelas Seguras”, cuya versión final será adoptada por los Estados que asistan a la conferencia intergubernamental que tendrá lugar en Oslo, Noruega, el 28 y 29 de mayo. La Declaración representará un compromiso político de garantizar una protección más efectiva de la educación durante los conflictos, incluida la implementación de las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades durante Conflictos Armados. Los Estados deberían seguir el ejemplo de países que han sido afectados por guerras, como Costa de Marfil, Croacia, Liberia y Palestina, y que ya han manifestado su intención de sumarse y dar su apoyo a la Declaración. Argentina y Noruega han encabezado las negociaciones para la redacción de la “Declaración sobre Escuelas Seguras”, mientras que España, Ecuador y Guatemala han sido algunos de los primeros países en manifestar su apoyo a la declaración.

El estudio de 92 páginas, “Lecciones en tiempos de guerra 2015: Uso militar de escuelas y otras instituciones educativas durante conflictos”, documenta evidencias de que en la mayoría de los conflictos en todo el mundo se utilizan escuelas y universidades como cuarteles, centros logísticos, bases de operaciones, depósitos de armas y municiones, centros de detención o interrogatorios, puestos de observación y de tiro, o como base para reclutar combatientes.

“Cuando los soldados utilizan escuelas y universidades, ponen en riesgo la vida de estudiantes y docentes, y pueden provocar perjuicios a largo plazo para la educación”, señaló Diya Nijhowne, directora de la GCPEA. “Exhortamos a todos los Estados a sumarse a la ‘Declaración sobre Escuelas Seguras’, en tanto se trata de un problema de magnitud global que amerita una respuesta global”.

El estudio revela que grupos armados, ejércitos oficiales, fuerzas multinacionales e incluso fuerzas de paz han usado escuelas y universidades con fines militares en, al menos, 26 países que mantienen conflictos armados desde 2005. Se han ubicado francotiradores en las ventanas de las aulas, se han construido puestos de defensa en los techos de las escuelas, se han cercado patios de juego con alambre de púa, se han apilado bolsas de arena para bloquear el ingreso a las escuelas, los patios se han utilizado para aparcar vehículos blindados y los soldados han usado aulas para dormir.

A veces los soldados ocupan una escuela en su totalidad, pero generalmente usan solo una parte de la escuela o universidad —por ejemplo, algunas aulas, un piso entero o el patio— y de este modo exponen a los estudiantes a la posibilidad de ataques u otro tipo de violencia. En los peores casos, hubo niños que murieron o resultaron heridos e incidentes de deterioro o destrucción de escuelas cuando fuerzas beligerantes atacaron establecimientos educativos debido a que habían sido usados por fuerzas militares.

El estudio también advierte que tanto alumnos varones como mujeres han sido agredidos sexualmente, hostigados y reclutados ilegalmente para integrar grupos armados por soldados insubordinados que ocupan sus escuelas o universidades.

Las consecuencias para la educación del uso militar de escuelas y universidades pueden consistir en altos índices de deserción, menor nivel de inscriptos, un menor índice de transición a niveles educativos más avanzados, hacinamiento en aulas y cancelación de horas de clase. Esta situación afecta particularmente a las niñas.

“Cuanto más sabemos sobre las consecuencias perniciosas del uso militar de escuelas para los alumnos y su aprendizaje, más difícil resulta que los gobiernos y los grupos armados puedan explicar o justificar el uso de escuelas para fines militares”, observó Nijhowne. “Los alumnos merecen escuelas seguras donde puedan estudiar y aprender sin temor”.

En épocas de conflicto armado, el acceso a establecimientos educativos seguros puede ofrecer a los estudiantes un importante resguardo y sensación de estabilidad, señaló la GCPEA. La seguridad en las escuelas y universidades puede transmitir a los alumnos información vital y mitigar las secuelas psicosociales de la guerra, y proteger a niños de la posibilidad de trata y reclutamiento por grupos armados. A largo plazo, una educación equitativa y de calidad fomenta la paz y la reconstrucción después de un conflicto, y ayuda a que los jóvenes adquieran las aptitudes y la formación necesarias para progresar en el plano personal y contribuir a la prosperidad de su comunidad.

 En una serie de decisiones que reflejan la mayor atención que recibe a nivel internacional el uso militar de escuelas, en 2011 el Consejo de Seguridad pidió que se informara periódicamente sobre el problema; en 2014 exigió en dos oportunidades la desmilitarización de escuelas en Siria; y también en 2014 instó a todos los Estados Miembros de la ONU a considerar la adopción de medidas concretas para disuadir el uso de escuelas.

La adopción e implementación por los Estados de las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades durante Conflictos Armados, a través de la “Declaración sobre Escuelas Seguras”, constituiría una de esas medidas concretas, aseveró la GCPEA. Las Directrices se redactaron tras más de dos años de consultas con gobiernos, fuerzas armadas, organizaciones de la sociedad civil y organizaciones internacionales en todo el mundo, y son un reflejo de buenas prácticas que ya han sido implementadas por algunos Estados. Su finalidad es fomentar que las fuerzas y los grupos armados actúen con moderación en el uso militar de establecimientos educativos y mitiguen el impacto que esta práctica puede tener para la seguridad y la educación de los estudiantes.

“La práctica perniciosa que supone el uso militar de establecimientos de aprendizaje a menudo no se aprecia debidamente al considerar los peligros que enfrentan alumnos y escuelas durante los conflictos. Pero esta es la amenaza para la seguridad de los alumnos que podemos contrarrestar más fácilmente”, advirtió Diya Nijhowne. “La obligación de los Estados de respetar, defender y efectivizar la seguridad y el derecho a educación de los estudiantes debe reflejarse en el comportamiento de sus fuerzas armadas”.

 

Descargar el Resumen Ejecutivo de Lecciones en tiempos de guerra: 2015, Uso militar de escuelas y otras instituciones educativas durante conflictos (en inglés) aquí: https://protectingeducation.org/sites/default/files/documents/lessons_in_war_2015.pdf

Descargar una copia completa del informe desde aquí: https://protectingeducation.org/sites/default/files/documents/lessons_in_war_2015_executive_summary_spanish.pdf

Para consultar una lista de Estados que han manifestado su apoyo al proceso de formulación de la “Declaración sobre Escuelas Seguras” y las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades durante Conflictos Armados, (en inglés) ver: https://protectingeducation.org/guidelines/support